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miércoles, 2 de diciembre de 2015

Crónicas Viajeras. Por las tierras de Risaralda (V)

El Viaducto César Gaviria une a Pereira y Dosquebradas. (Foto: http://www.colombiapasajes.com/wp-content/uploads/2009/05/pereira1.jpg).
Dosquebradas, a paso de Viaducto

Por Rubén Darío Taborda Franco (*)
El 15 de noviembre cumplió su la mayoría de edad, inaugurado en 1997, el viaducto que conecta a Pereira con Dosquebradas, una obra que se construyó para descongestionar el trancón que se formaba en el barrio Alcázares, en el lado de la capital de Risaralda, y en el barrio San Judas, en el municipio vecino, porque en el puente Mosquera, que cruza sobre el  río Otún, se formaba un cuello de botella.

Por ese puente había presencia de motos y toda clase de vehículos. Por el sector pasaban    buses intermunicipales que se dirigían a Armenia, Chocó y Cali; cruzaban para viajar a Manizales, Medellín y norte del país; y viajaban camiones con transporte de café, plátano, yuca  y  otros alimentos típicos de la región.

El  cañón que separa mesetas
En el año 1988 viajaba en un bus urbano con mi padre, José Gildardo Taborda, a Dosquebradas con el fin de visitar a unos amigos de la familia que trabajaban en el Hospital de ese municipio.

El viaje de la ciudad del expresidente César Gaviria al municipio vecino era una cosa  dispendiosa porque los dos sitios estaban separados por un cañón que dejaba recorrer en el medio el río Otún y la única forma de llegar al otro lado era cruzando ese puente.

Para Luís Londoño, un cartagenero que se encontraba tanqueando su vehículo en una estación de gasolina ubicado en la Carrera Trece, frente al aeropuerto Matecaña y quien  ha viajado por varios rincones del  país, obras como el viaducto que conecta a Villavicencio con Bogotá y este viaducto Pereira-Dosquebradas implican superar las condiciones geográficas que impone Colombia con el objetivo de  facilitar  la movilidad a cualquier punto cardinal.

En la misma estación, doña Tatiana Hernández recordaba que abordaba un bus de la  ruta San Fernando en el que para llegar a la Avenida del Ferrocarril en Pereira o pasar por la  Avenida Simón Bolívar en Dosquebradas todo se hacía dispendioso. Pero las cosas cambiaron con el viaducto que lleva el mismo nombre del Presidente que gobernó entre 1990 y 1994 con su  lema “Bienvenidos al futuro”.

Y cómo es este  viaducto
El Viaducto Cesar Gaviria  es un puente de 640 metros que atraviesa dos rombos del grueso de una puerta de 80 centímetros de ancho que los sostiene junto a 9 columnas de  nutrido cemento que lo asegura abajo. Está a 55 metros de altura sobre el rio Otún  y tiene un ancho de 24 metros.

Tiene dos calles de ida y vuelta atravesadas por un separador de cemento con dos carriles a lado y lado. Hacia los costados se encuentran los andenes con  pasamanos para proteger a los peatones de las vías por donde diariamente circulan taxis, carros, camiones y motos.

De ambos costados del  puente salen 18  cables  en dirección a la punta de los  marcos que sostienen el puente formando una cortina metálica que adorna el viaducto, pero facilitando  ver la panorámica de la Perla del Otún y el edificio donde se ubican las instalaciones del periódico La Tarde de la capital risaraldense.

Ni para allá voy a mirar
En 1999 pasé por primera vez por  el viaducto rumbo a los termales del municipio de Santa Rosa de Cabal, pero el 29 de diciembre de 2002 fue terrible  para mí ya  que me  puse de gracioso a caminar por aquel puente. Inicié con mi  primo Mario Taborda el recorrido por el viaducto. Mientras caminaba sentía  que estaba en medio del aire.

Cuando recorrí 200 metros me quedé rígido como uno de los biombos que sostienen el viaducto, mientras sentí un movimiento leve del puente. A lado y lado pasaban personas  con la confianza de  llevar cinco años cruzando el paso elevado.

En cambio, yo me sentía nervioso a 55 metros  de altura. De pronto me dirijo hacia el  borde del puente y veo en miniatura los techos de las viviendas ubicadas a lado y lado de un río que parecía un hilo de agua.

Yo quería dejar de lado la historia de la señora que se suicidó con sus dos hijas desde el puente por la falta de dinero para alimentarlas, y el informe del palmireño que viajó a este sitio para ponerle punto final  a su vida.  

“Eh, venir hasta Pereira para tirarse del viaducto”, manifestó la población cuando se conoció ese lamentable  hecho  que enlutó a Pereira y Dosquebradas.

Para colmo de males, Mario me dijo que en el proceso de construcción de esta  mega obra,  uno de los trabajadores cayó hacia una de las  zonas donde se instalaban las columnas del puente, ese lugar estaba  con cemento fresco, pero nunca  pudieron sacar el cuerpo de ese obrero. Mario dice  que siempre aparece un familiar de esta  persona para dejar flores en el lugar donde perdió la vida.

El 30 de octubre de 2010 estaba hospedado en Dosquebradas,  en casa de una familiar, con motivo de la participación en una carrera de 21 kilómetros que se celebraría al otro día en Pereira y Dosquebradas.

Yo dejé de tomar el Mega Bus que viene siendo hermanito del Mio de Cali, para caminar por las calles de esa zona y familiarizarme con las condiciones del recorrido que se haría al otro día en la Media Maratón de Pereira organizada por el señor Silvio López.

Eso me obligó a  pasar necesariamente por el viaducto. En plana competencia sentí que corría por el viaducto como por una calle de cualquier ciudad y con el cansancio del recorrido por lomas y bajadas desapareció de una pincelada el  miedo que sentí la  primera vez que  crucé el puente.

Hoy en día el viaducto cuenta con  protección  para  evitar el aumento de suicidios, que para el 30 de junio de 2003 llegaba a 67. Esta  protección desde el  puente peatonal ubicado en Dosquebradas se ve como una cortina metálica impenetrable para los peatones que circulan diariamente por ese lugar. Asimismo en Dosquebradas la Policía tiene ubicado un  CAI móvil para reforzar la seguridad de las personas.

La actualidad de viaducto
El Instituto Nacional de Vías, Invías informó el miércoles 3 de febrero de 2013 que está planeado invertir $130 millones en elementos adicionales de seguridad y protección en barandas y reposición de las tejas de policarbonato que protegen el paso peatonal.

Esta  entidad señala en el informe  que el viaducto  estaba utilizado para esa época por  unos 62 mil vehículos sin  incluir motos,  bicicletas y peatones. De otra parte, Invías ratifica que las condiciones estructurales del viaducto son buenas gracias al mantenimiento rutinario, lo que garantiza  una vida útil de cien años o más.

Ahora, si una  persona decide evitarse un trancón monumental en la  Carrera Trece o en la Octava, deberá tomar la Variante Romelia-El Pollo, que pasa al lado occidental del aeropuerto Matecaña, que lo saca a Dosquebradas.

Y como Risaralda es tierra de mega obras, en  1926 se hablaba del puente Bernardo Arango diseñado por el señor Gonzalo Echeverry. En la actualidad esta zona cafetera se enorgullece de  tener obras como un viaducto en forma de espiral diseñado por el ingeniero italiano Renato Moliner para acortar el tiempo de recorrido entre Armenia y Manizales. Sin embargo fue el Viaducto Cesar Gaviria el que revivió la necesidad de superar las condiciones geográficas del país para mejorar la movilidad por Colombia.


(*) Periodista independiente.

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