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domingo, 4 de mayo de 2014

Informe. Los efectos del Masivo Integrado de Occidente, MÍO, en Cali


Conductores de Coomoepal reclaman sus derechos laborales

Conductores del transporte urbano de Cali reclaman por estos días que les respeten sus derechos laborales, luego de ser despedidos como consecuencia de las medidas adoptadas dentro de la implementación del Masivo Integrado de Occidente, MÍO.

Por Luis Alfonso Mena S. (*)
El Calvario no termina, aunque ya pasó la Semana Santa, para trabajadores afectados por la salida de circulación de las rutas de buses de la empresa Coomoepal, que ha dejado sin empleo a 240 conductores.


“A las entidades que corresponda, al Ministerio del Transporte, a la Alcaldía o a Metrocali, que nos pague la indemnización y nosotros dejamos de laboral, porque hay un boletín en Bogotá firmado en enero de 2003, el cual indica que para cualquier ciudad  del país la indemnización es de diez millones de pesos en esa fecha. Para hoy, con el incremento del salario mínimo, está en 17 o 18 millones de pesos”, sostiene Guillermo Cortés, conductor de Coomoepal.

Padres de familia, como Ariel Gómez, recorren la ciudad con sus vehículos reclamando, carta en mano, que les respondan por los despidos de que fueron objeto.

Ariel Gómez, otro conductor de Coomoepal, afirma: “El 17 de marzo me pasaron esta carta y en el momento me encuentro por fuera, sin seguridad social y sin ninguna vinculación de ninguna especie”.

También mecánicos y montallantas viven su propio Calvario.

“Todos hemos salido afectados. El MIO no nos lleva por mil pesos. Yo tengo que coger dos carros, porque yo no gano mucho. Yo soy un montallantas de allá del centro. Tengo que bajarme allá en el  Popular, irme a pie, porque realmente el MÍO a mí no me sirve, eso se demora más de una hora y yo no tengo para pagarlo, porque yo no gano mucho. Yo le pido al señor Secretario y al señor Alcalde que nos dejen trabajar”, dice William Caicedo, montallantas y usuario del transporte público.

Ante la indiferencia de muchos, los trabajadores del volante esperan encontrar eco y no tener que seguir arando en el desierto.

Para Guillermo Cortés, “aquí en Cali es la única ciudad del mundo donde es delito trabajar. Nos persiguen como delincuentes guardas, policías, hasta Ejército. ¿Cuál es la situación de nosotros?, ¿quién nos defiende? Nadie. Únicamente nosotros tenemos que defendernos y ustedes que nos dan la oportunidad de salir al aire por este medio”.

La crisis actual del transporte urbano tiene miles de rostros humanos sometidos a las penurias y a la desesperanza, mientras las soluciones de fondo se alargan en el tiempo.


(*) Informe emitido por Pazífico Noticias el viernes 2 de mayo de 2014.

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