Páginas

miércoles, 30 de mayo de 2012

Entrevista. Omar Augusto López, presidente Asotracomfama.


Omar Augusto López Pemberthy, de Asotracomfama. (Foto: Luis Alfonso Mena S.).
“Se están robando el sistema
de compensación familiar”

“Una vez se desmonten los recursos que ‘supuestamente’ generan los empresarios para mantener el sistema… toda esa infraestructura va a quedar en manos del aparato privado”, aunque ella “es de los trabajadores, del pueblo colombiano”, denuncia López Pemberthy.

Omar Augusto López Pemberthy, presidente de la Asociación de Trabajadores de la Caja de Compensación Familiar de Antioquia, Asotracomfama, alertó al movimiento sindical, en particular, y al país, en general, sobre el proceso de privatización en que se encuentra el sistema de cajas de compensación familiar existente en Colombia.


El dirigente sindical sostuvo que “la CGT, hay que decirlo de manera categórica y precisa, le sirve de vaselina al modelo neoliberal para que se dé la transformación del sistema de compensación familiar, consistente en que las cajas dejen de ser entidades de rentabilidad social y se transformen en entidades de rentabilidad económica”.

Las centrales obreras deben enseñar a los trabajadores a luchar, no luchar por ellos, agregó López Pemberthy, quien participó en las deliberaciones del Tribunal Mundial de Libertad Sindical llevado a cabo entre el 22 y el 25 de mayo en Bogotá. PARÉNTESIS lo entrevistó.

--¿Cuáles son los problemas fundamentales que afronta hoy el sistema de compensación familiar del país?
--A partir de la entrada en vigencia de la apertura económica, a la luz del modelo neoliberal, las cajas de compensación, que habían sido concebidas desde el año 1948 como unas instituciones que generaran rentabilidad social representada en bienestar para las familias de los trabajadores, a partir de 1990 empiezan a transformarse en entidades de rentabilidad económica, por un lado. En segundo lugar, el Gobierno empieza a descargarles una cantidad de responsabilidades de política social que el Estado no desarrolla por estar manteniendo la cortina de humo de un conflicto armado permanente. Estas dos situaciones hacen que las cajas de compensación hoy no obedezcan al origen ideológico, filosófico y social para las que fueron creadas, sino que se convierten en entidades de rentabilidad económica.

--¿Esto puede conducir al colapso del sistema?
--Lo más grave es que se están robando con esta situación, y yo sé que el término robando no existe en el Código Penal, pero es que no encuentro otro término para expresar lo que está pasando a espaldas del conocimiento del pueblo colombiano, se están robando un gran patrimonio, uno de los grandes patrimonios sociales que ha construido la sociedad, que es el sistema de compensación familiar, porque una vez se desmonten los recursos que “supuestamente” generan los empresarios para mantener el sistema de compensación familiar, que es el enfoque que tiene, entonces esas cajas de compensación, toda esa infraestructura, va a quedar en manos del aparato privado y esa estructura es de los trabajadores y, más allá de los trabajadores, es del pueblo colombiano.

--¿Cómo visualiza la organización de los trabajadores frente al sistema de compensación familiar?
--El panorama sindical y laboral que vive el país es bastante dramático desde cualquier punto de vista, desde lo social, lo estadístico, lo político, y lo es porque el país no tiene una gran conciencia de lo que es el movimiento sindical, de lo que es el uso del derecho de asociación como un derecho fundamental. Las centrales obreras no quieren asumir la responsabilidad que les corresponde en el escenario de defensa del sistema de compensación familiar. Es decir, hay una desarticulación entre las centrales obreras y sus representantes que están dentro de los consejos directivos de las cajas. Estos señores llegan allá a formar parte de los consejos directivos y se olvidan de que representan a las centrales obreras y los intereses de los trabajadores. Y lo otro es que hay una central obrera, que es la CGT, que hay que decirlo de manera categórica y precisa, le sirve de vaselina al modelo neoliberal para que se dé esa transformación del sistema de compensación familiar consistente en que las cajas dejen de ser entidades de rentabilidad social y se transformen en entidades de rentabilidad económica.

--¿Es decir que en este momento las cajas de compensación han dejado de cumplir con la función social para la que fueron creadas y lo más lamentable es que hay sectores del sindicalismo que están en connivencia con esa situación?
--Yo no diría que sectores, yo digo con todo conocimiento que las centrales obreras tienen gran responsabilidad, no solamente en la transformación de ese gran patrimonio social de los colombianos denominado cajas de compensación, sino en la baja tasa de sindicalización que tiene nuestro país. Es cierto que el hecho de que la baja tasa de sindicalización se ubique en el 5 % de una población económicamente activa que es de 22 millones obedece a una política de Estado a través de la Ley 50, de la Ley 789 y muchas otras políticas legislativas, pero también hay una gran responsabilidad de las centrales obreras, porque nunca les enseñaron a los trabajadores a conocer sus derechos sino que siempre les están diciendo que les defienden sus derechos, entonces no han cumplido el papel que deben hacer.

--Que los trabajadores sientan la necesidad de abocar la lucha por sus derechos…
--Claro, desde la educación, el primer paso para uno defender sus derechos es conocerlos. Las centrales obreras no se han preocupado por enseñarles a los trabajadores a conocer sus derechos fundamentales.

--Usted presentó en el Tribunal Mundial de Libertad Sindical una periodización histórica del sistema de cajas de compensación familiar en relación con las organizaciones sindicales…
--Si, yo planteo por etapas la creación del sistema de compensación familiar y dije que en año 1948 había surgido el subsidio familiar como fruto de una convención colectiva entre los Ferrocarriles de Antioquia y sus trabajadores y ya en el año 1954 un líder sindical, Antonio Díaz García, fue el que promovió la creación de la primera caja de compensación familiar del país, que fue Comfama. Ya en el momento hay 42 cajas de compensación familiar en el país, 42 cajas o instituciones cuya función era la rentabilidad social y que a partir de 1990 se han transformado simplemente en unas entidades vendedoras de servicios, como cualquier otra entidad. Usted va a un gimnasio a comprar una tiquetera sea mensual, quincenal o semanal y le resulta más barato en una entidad totalmente particular que en una caja de compensación y así mismo los otros servicios.

-- ¿Por qué cumplen funciones crediticias?
-- Las cajas fueron creadas para generar rentabilidad social no para hacer crédito, esa no es la función de las cajas y se han transformado en bancos prácticamente, como es Comfama en Medellín y muchas otras cajas. También es bueno señalar, aprovechando esta oportunidad, que el modelo de mercadeo social que tenían las cajas se vendió, obedeciendo a una orientación de Fenalco, para abrirles espacio a multinacionales como Makro, Carrefour y otras tantas como Casino, que querían que se les abriera ese espacio para ellas poder colocar aquí sus grandes supermercados. No es que ya no diera rentabilidad, sí daba rentabilidad, incluso económica, y su función era social, pero había que vender esas áreas de mercadeo para darles espacio a esas multinacionales y producto de eso también se dio el engaño a los trabajadores, que en el caso de Comfama constituyó el engaño para 1.500 trabajadores que quedaron sin el sustento, porque fueron engañados por la política administrativa de la doctora Marines Restrepo de Arango, en complicidad con el vicepresidente del Consejo en ese entonces, el señor Mario de J. Valderrama y otro miembro de la CTC.

(*) Director del periódico PARÉNTESIS, de Cali, Colombia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario